Pedro y el Lobo

Pedro y el lobo es una fábula de Esopo que habla sobre la mentira.
El muchacho protagonista de la historia le contaba tantas mentiras a las personas, que terminó desacreditado. Cuando el lobo de verdad estaba atacando sus ovejas, nadie le creyó.

Al principio le creían porque sí había un lobo, porque sí era riesgoso pasar la noche en la colina, porque sí habían existido anteriores ataques de lobos. Todos estos elementos hicieron que la mentira tuviera “rostro” de verdad.

Pero, finalmente, después de comprobar una y otra vez que Pedro mentía, estos elementos ya no eran suficientes para creerle.

Esta historia nos remite a pensar en las falacias que se han construido en nuestras mentes acerca del proceso de alfabetización, como por ejemplo:

Muchas de estas falacias tienen un “rostro” de verdad, porque están impregnadas en la cultura escolar tradicional desde hace siglos, y, además, hay elementos concretos que colaboran para su arraigo: las palabras son organizadas en sílabas, las letras suenan, aprender implica superar errores, entre otros.

Por lo anterior es muy difícil cuestionar estas falacias, pero no es imposible y urge que sean cuestionadas y refutadas.

Los procesos de los estudiantes son propios y constructivos, y no siguen la estructura del código alfabético. Sus errores no son errores, sino que son hipótesis que revelan su proceso de construcción y su magnífica inteligencia.

Ya no podemos dejarnos engañar por las apariencias de estas falacias.
Ya sabemos que la pedagogía y la psicología cognitiva han avanzado, y como maestras es nuestro deber aprender y seguir los avances y verdades de nuestra ciencia.

Si tienes este libro en tus manos y si estás leyendo este texto es porque ya has desenmascarado estas falacias y ya haces parte del proceso de revelación de la verdad. En otras palabras, ya sabes que los estudiantes construyen su conocimiento, y que la mejor manera de promover esta construcción es fomentando la interacción libre con el código escrito y con los pares, respetando sus hipótesis.

Que aprendan mucho, tú y tus amados estudiantes.