Una reflexión sobre los niveles de comprensión del sistema de escritura desde la mirada constructivista. Este enfoque valora las hipótesis de los estudiantes como formas válidas de pensamiento, alejándose de la corrección inmediata y apostando por la observación, la planificación provocadora y el respeto al proceso de construcción del conocimiento.
El proceso de aprendizaje del sistema de escritura, comprendido a partir de una perspectiva constructivista, está marcado por esquemas de pensamiento que representan distintos niveles de comprensión.
La caracterización de estos niveles exige una mirada investigativa, que no tome como referencia al adulto alfabetizado ni al sistema alfabético en su forma acabada. Si lo hiciéramos, lo único que veríamos serían errores, faltas o carencias. Pero la mirada constructivista nos invita a considerar al aprendiz desde su proceso, y no desde aquello que aún no ha aprendido.
Estos niveles de comprensión no son simples pasos a seguir, sino hipótesis explicativas que los estudiantes elaboran para enfrentar una situación-problema. Son intentos racionales de organizar lo desconocido, con base en lo que conocen. Por eso, podríamos decir que estas hipótesis se parecen a los mitos: son sistemas lógicos en sí mismos, aunque no coincidan con la lógica académica.
La enseñanza tradicional tiende a rechazar esas hipótesis, a corregirlas o a asustarse ante ellas. Pero no hay que temerles. Al contrario, las escrituras incompletas, desorganizadas o inusuales que realizan nuestros estudiantes son pistas valiosas de cómo están pensando. Y eso es justamente lo que debe guiar nuestra intervención: observar, planear a partir de sus hipótesis y provocar nuevas elaboraciones.
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